Cómo enterrar a quien sea
- Hugo Marroquin
- hace 4 días
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¿Cuál fue la estrategia para enterrar a Blake Lively en la opinión pública? Se ha escrito mucho sobre el caso de Justin Baldini, Jamey Heigh, la productora Wayfarer Studios y la publirrelacionista Melissa Nathan. Pero no se ha descrito paso a paso la estrategia puesta en marcha, lo cual me propongo a hacer en este post.
Según el artículo de The New York Times ‘We can bury anyone’: Inside a Hollywood Smear Machine, la promesa de quien dirigió la estrategia de relaciones públicas contra la actriz protagonista de It ends with us (Romper el círculo), Blake Lively, fue la de “podemos enterrar a quien sea” esto debido a que en el intercambios de mensajes dado a conocer, el también productor y co protagonista de la adaptación cinematográfica del bestseller internacional de Colleen Hoover pidió más protección al recibir el documento inicial con la estrategia de relaciones públicas, según este extracto del artículo:
In an initial planning document sent to Wayfarer and Mr. Baldoni on Aug. 2, Ms. Nathan suggested media talking points, including that Ms. Lively used an imbalance of power to take creative control of the film.
But Mr. Baldoni wanted more.
“Not in love with the document they sent,” he responded in a text exchange that included Ms. Abel and Mr. Heath. “Not sure I’m feeling the protection I felt on the call.”
Ms. Abel relayed his frustration to Ms. Nathan: “I think you guys need to be tough and show the strength of what you guys can do in these scenarios. He wants to feel like she can be buried.”
“Of course- but you know when we send over documents we can’t send over the work we will or could do because that could get us in a lot of trouble,” Ms. Nathan responded, adding, “We can’t write we will destroy her.”
Moments later, she said, “Imagine if a document saying all the things that he wants ends up in the wrong hands.”
“You know we can bury anyone,” she wrote.
Cuando la estrategia comenzaba a darles sus primeras satisfacciones, la misma publirrelacionissta dijo:
“That’s why you hired me right?” Ms. Nathan replied. “I’m the best.”
Pero, si la estrategia no fue escrita, ¿cómo podemos determinarla? Me he dado a la tarea de revisar este caso, pero también otros que han sucedido, pues “acabar” con la reputación de un personaje no es cosa nueva, es una maquinaria que funciona permanentemente, por ejemplo, en la arena política, durante las elecciones con mayor intensidad, o sistemáticamente como en el caso mexicano.
Dados los acontecimientos reportados en medios de comunicación, podemos inferir que el objetivo de la campaña fue redirigir la narrativa pública para minimizar el impacto de las acusaciones potenciales de Blake Lively contra Justin Baldoni y Wayfarer Studios, salvaguardando su reputación y el desempeño comercial de la película.
Existen diversas teorías de la psicología de las masas y los medios de comunicación que respaldan estrategias para campañas de desprestigio que incluyen fundamentos sobre el comportamiento colectivo, la influencia social, y el poder de los medios para moldear opiniones.
Las campañas de desprestigio aprovechan las emociones colectivas como el miedo, la indignación o el resentimiento para amplificar reacciones negativas en tanto sugieren que las masas tienen a actuar de forma irracional y emocional. La repetición de mensajes en medios y redes sociales puede fomentar una “mentalidad de masas” que reacciona sin cuestionar la veracidad de lo que mira.
Supongo que esto ya te suena conocido. En ese sentido, las estrategias podrían haber sido:
Reenfoque Narrativo Positivo
Posicionar al cliente como defensor de valores éticos y causas sociales, redirigiendo la atención hacia sus contribuciones a la igualdad de género y la diversidad en la industria.
Desacreditación Estratégica
Establecer una narrativa que presente a la acusadora como problemática, conflictiva o poco profesional, sembrando dudas razonables sobre su credibilidad.
Control de la Percepción Pública
Aprovechar los medios digitales y tradicionales para amplificar historias favorables al cliente y contrarrestar las acusaciones.
Hay teorías que utilizan la analogía de “inyectar” o “cultivar”, en ese sentido una estrategia de calumnias requiere por un lado identificar voceros repetidores que sirvan para darle legitimidad a la narrativa –sean medios, redes sociales y personalidades– así como el diseño de mensajes a partir de un análisis de, en el caso de ataques negativos, los puntos débiles de una persona o sus antecedentes.
Dar legitimidad no tiene que ver con la veracidad o hechos comprobables. Basta destacar un fallo en un gobierno, o bien, un momento de una personalidad para desde la polarización exacerbar los sentimientos de quienes se posicionan en los extremos.
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